sábado, 2 de noviembre de 2013

NIÑOS Y JÓVENES PRINCIPALES VÍCTIMAS DEL "BULLYING"



El “bullying” o también conocido como “acoso escolar”, es una de las situaciones más duras por las que pueden pasar los niños y adolescentes en la escuela. Se trata de una forma de tortura en la que un chico o chica o un grupo de ellos someten a maltrato físico, psicológico o verbal a un compañero.

Los jóvenes y niños que se ven sometidos a este tipo de acoso llegan a vivir aterrorizados, tienen pavor a ir a la escuela y en algunos casos llegan a tener depresión y pensamientos de suicidio que en ocasiones, llevan a cabo. Son situaciones tan peligrosas que los padres y maestros deben vigilar estrechamente para descubrirlas.

Aunque puede darse en personas de todas las edades, lo más frecuente es que ocurra en la adolescencia. Se considera que uno de cada tres adolescentes de entre 12 y 16 años vive o ha vivido una situación cercana al bullyng como acosado o como acosador. Aunque el porcentaje de chicos o chicas que sufren un bullying grave es mucho más bajo ya que está entorno al 3%. Y es algo más frecuente entre las chicas que entre los chicos.

TIPOS DE AGRESIONES CONSIDERADAS BULLYING

Agresiones verbales.- Se consideran los insultos, pero también cuando se habla mal de alguien o se expanden rumores malintencionados sobre un compañero (chismes).
Agresiones psicológicas.- En este caso están las intimidaciones para provocar miedo y así conseguir que la víctima haga algo que no quiere hacer; entregar su dinero u objetos personales o cualquier otra cosa bajo coacción, así como también nombrar a un compañero por sobrenombres.
Agresiones físicas.- En este tipo de agresión se pueden mencionar las palizas o los golpes simples, además de los robos o el destrozo de pertenencias.
Aislamiento social.- Consiste en aislar a la víctima impidiéndole participar en las actividades de los compañeros de clase o en algunos casos, dejando de hablarle y haciendo que los demás tampoco le hablen y se relacionen con él o ella (la conocida “ley del hielo”).
Agresiones sexuales.- Aquí se concentran todas las agresiones que tienen como objetivo hacer que la víctima se sienta humillada o incómoda.
Agresiones racistas. Son los insultos racistas que utilizan los agresores cuando la víctima pertenece a un grupo minoritario.

¿Qué hacer si le ocurre a tu hijo?

Cuando un padre descubre que su hijo está implicado en un caso de bullying, ya sea como víctima o como agresor, se debe actuar inmediatamente.

Lo primero que hay que hacer es dar aviso a la escuela, hablar con el director, con la prefectura y con los profesores. Y en los casos en los que se haya producido una agresión grave hay que denunciarlo a las autoridades.

¿Qué hacer si tu hijo es la víctima?

Los padres de niños y jóvenes víctimas de bullying, tienen que establecer en colaboración de la escuela, un plan para dar solución al problema y deberán mantenerse en contacto continuo con prefectos y maestros para seguir la evolución del proceso.

Brindar todo el apoyo a la víctima, explicarle y conseguir que entienda que él no es culpable de nada, que ha estado sometido a una situación de tortura y se deberá buscar restaurar su autoestima. En ocasiones puede ser necesaria la ayuda de un terapeuta.

¿Qué hacer si tu hijo es el acosador?

Las medidas que deben tomar los padres de los acosadores también exigen que se mantengan en comunicación con la escuela para seguir la evolución de la situación. De igual modo deben hacer entender a su hijo que el acoso es inaceptable e incluso puede llegar a ser un delito.

¿Qué hacer si tu hijo es un observador?

Es muy frecuente que en los casos de bullying exista una víctima, un acosador y un grupo de observadores. El grupo de amigos es una de las características de la niñez y la adolescencia, por lo que hay ocasiones que los chicos o chicas siguen a un líder sin importar lo que este haga.

Los padres de los chicos o chicas que se han convertido en observadores deben actuar igualmente. Si tienen noticia de un caso de acoso deben comunicarlo a la escuela inmediatamente, explicando a su hijo lo que van a hacer y la importancia de hacerlo. Y deben asegurarse de que su hijo comprende que la valentía y la madurez están precisamente en no callarse ante este tipo de situaciones.




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