México, D.F.- El dictamen de
reforma energética, presentado por el gobierno de Enrique Peña Nieto, el PRI y
PAN, liquida la mayor riqueza nacional y por el saqueo que habrá de la Nación es
similar a la traición de Santa Anna cuando entregó la mitad del país a los Estados
Unidos, señaló el senador del PRD Benjamín Robles Montoya, al fijar ante el
pleno su posicionamiento en contra de la reforma al artículo 25 constitucional.
En su exposición Robles
Montoya habló sobre los conflictos y problemas que han traído a otras naciones
el otorgamiento de contratos de producción compartida y licencias que pretende
entregar el Gobierno de la República a empresas extranjeras para la explotación
de los hidrocarburos nacionales.
“Con este tipo de contrato
resulta muy difícil determinar el costo de producción y el costo de operación,
es decir, las negociaciones o el pacto o los acuerdos con las empresas serán
inciertos y ambiguos, fácilmente manipulables para su beneficio, por supuesto,
me refiero a contratos inflados, discrecionales, arbitrarios, y si ahora Pemex
está cundido de corrupción con esa figura de contratos el desfalco, el saqueo,
el atraco a la Nación será mayúsculo”, alertó el legislador oaxaqueño.
Un ejemplo de la corrupción
por venir, adelantó, será cuando Pemex y la empresa contratista se asocien y conjuntamente negocien con el
Estado. Por lo que, el fin ulterior de estas modificaciones constitucionales
consiste en fomentar riquezas personales de manera ilegal, a costa de la
colectividad.
Y es que mencionó que estos
contratos se usan sólo en países subdesarrollos e históricamente se
caracterizan por generar escenarios de conflicto, juicios multimillonarios de
arbitraje internacional, renegociaciones, reestructuraciones rezagos sobre
costos sustanciales.
Asimismo, comentó que es una
falsedad que las empresas que se vean beneficiadas con estos contratos vayan a
realizar un aprovechamiento sustentable de los recursos naturales nacionales y
mucho menos que el costo de los energéticos vayan a bajar.
“Lo que se busca con esta
Reforma Constitucional es legalizar la ilegalidad prevaleciente toda vez que
las grandes transnacionales demandan seguridad jurídica, y esa afirmación de
que van a bajar los costos para los consumidores de la electricidad no es
sostenible, es una vil mentira; ninguna experiencia internacional muestra que
la privatización eléctrica se vaya a reflejar en una disminución de los costos”,
señaló el legislador perredista.
Igualmente, expuso, eso de que
la privatización genera energías limpias y sustentables y mejora tecnológica, es
falso. “No hay una sola experiencia en los distintos casos internacionales que
demuestre que privatizar significa contribuir a la reducción de emisiones que
producen el efecto invernadero. Engaños y mentiras, eso es en lo que está
fundamentada esta Reforma, y bajo esos engaños es que ustedes quieren legislar
hoy”, reprochó.
Precisó que el Estado no puede
controlar a las compañías petroleras, no las puede obligar a que usen mejor
tecnología, no las puede obligar a que inviertan más allá de lo que ellas
quieren invertir, no las puede obligar a que realicen una explotación racional,
atendiendo el interés nacional.
Puntualizó que aprobar la
reforma energética privatizadora será similar a la traición de Santa Anna cuando
entregó la mitad del territorio nacional a los Estados Unidos en 1848 o cuando
aplaudieron a Gustavo Díaz Ordaz en su informe de gobierno a poco meses de la
masacre de Tlatelolco en 1968 o también a la recesión económica de 1982 o el
fraude electoral y calificación de la elección presidencial de 1988 o al
silencio cómplice ante una guerra contra el narcotráfico que sigue cobrando la
vida de miles de mexicanos.
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