La Opinión, "Aquí Mismo".- Luego de que el Gobernador de
Oaxaca, Gabino Cué Monteagudo, rindiera su tercer informe de gobierno ante el
pleno de la 62 Legislatura Estatal, los integrantes de su gabinete legal han
desfilado por el palacio de San Raymundo Jalpan para abundar en detalles del
trabajo realizado por este gobierno aliancista.
Aunque el común denominador de
las comparecencias ha sido que los diputados pongan en evidencia el mal trabajo
de estos funcionarios, llama la atención que la andanada de señalamientos
provenga precisamente de los legisladores “aliancistas” (no me ayudes,
compadre). Con esos “aliados” se entiende por qué el Gobernador tiene en las
secretarías más importantes a funcionarios priístas, pues los del PAN, PRD, PT
y Movimiento Ciudadano (antes Convergencia) siguen asumiendo su papel de
“oposición”.
Y no es que esté mal que
señalen los errores del Gobierno que estos mismos partidos conforman; el
problema es que se deja entrever el distanciamiento que existe entre el
Gobernador y los institutos políticos que lo llevaron al poder bajo el sello de
una “alianza”.
De hecho, es muy sano para la
incipiente democracia oaxaqueña que se dé este tipo de ejercicios, donde los
diputados señalan, corrigen, debaten, proponen, aunque dudo mucho que de verdad
lo hagan con ese sentido; más bien noto mucho protagonismo de parte de los
recién llegados a San Raymundo Jalpan.
Preocupa más eso; que la
máxima tribuna legislativa sólo esté siendo utilizada para el lucimiento
personal. Porque es muy padre tener fuero y subir a la tribuna (dos horas más
tarde de lo que marca el mismo protocolo del Congreso) a decir qué se hizo bien
y qué se hizo mal, y además con aires de “perdona vidas”.
Tal fue el caso de la
comparecencia del secretario de Seguridad Pública, Marco Tulio López Escamilla,
quien por cierto antes de comenzar su exposición cerraba ojitos a alguien del
auditorio y hacía señales con su mano derecha dirigida hacia su corazón para
posteriormente dedicar la seña a ese alguien. Claro que había muchas (y muchos)
que se sentían los destinatari@s de los contantes guiños del Sr. Secretario
(muy pronto ex secretario, por aquello de que se regresa al servicio federal,
pues para mala fortuna de Oaxaca (uy, sí), solamente estaba en calidad de
prestado.
Pues resulta que cuando “el
guiñitos” terminó de decir que ya no existen los auto gobiernos en los penales
del estado y que Oaxaca está mejor en materia de seguridad pública que cuando
él llegó al cargo, la primera en lanzar los dardos fue la diputada del PRI Rosalía Palma, quien dejó
claro en la máxima tribuna que la ciudadanía no palpa las cifras y supuestos
avances ofrecidos por el titular de la Secretaría de Seguridad.
El diputado Carlos Vera Vidal,
del Partido Verde, consideró que no son suficientes las acciones realizadas por
la Secretaría a cargo de Marco Tulio López Escamilla. Por su parte, el diputado
de Movimiento Ciudadano, Ericel Gómez Nucamendi, dijo que las acciones
violentas han aumentado, y tocó el tema del hecho armado en “Tres Cruces”, al
mismo tiempo que exigió el envío de más elementos de seguridad en la zona.
El diputado del PSD Manuel
Pérez Morales dijo que en Oaxaca se palpa un clima de inseguridad. Señaló que
los oaxaqueños tienen miedo de transitar por los caminos y carreteras de
Oaxaca, así también que se tiene miedo tanto a la delincuencia como a la
policía. Cuestionó que durante la recuperación violenta de una escuela por
parte de la S-22, había un maestro armado y que la policía no lo vio o no quiso
ver.
Ojalá este tipo de expresiones
no se dé sólo en el discurso, sino que en verdad se traduzcan en iniciativas
que le permitan a Oaxaca crecer en todos los sentidos. Que el Diputado se
convierta verdaderamente, no en un lanza dardos, sino en protagonista de la
vida económica, política y social del estado. La verdad, lo dudo… Sigo pensando
que los legisladores son unos calienta curules que aportan muy poco para lo que
cobran y para la cantidad que son.
Campañas de engaño
No sé usted, querido lector,
pero en lo personal escuchar esos mensajes oficiales propagandísticos de que
con la reforma energética se va a abaratar el costo de la energía eléctrica y
del gas da hasta coraje. Los estrategas en comunicación social de la Presidencia
de la República creen que los ciudadanos somos tontos y nos quieren tratar como
tal.
Ya es tiempo de que se diseñen
campañas inteligentes y creativas y no los ya cansados formatos donde sale el
compadre platicando con la comadre, o el tío que trabaja en Pemex y llega a la
casa a comer y todos opinan sobre la reforma energética.
¿O qué tal los de “Bienvenido
Paisano”?, donde llega el migrante y policías, diputados y todo el mundo lo
trata de maravilla, como si no supiéramos de los casos de extorsión de los que
son objeto nuestros compatriotas en su mismo país, por parte de los mismos
policías. ¡Ya basta! Nos leemos la próxima “Aquí Mismo”.
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