Comunicado.- El senador del PRD y secretario de la Comisión de Fomento Económico del Senado de la República,
Benjamín Robles Montoya, exigió al Gobierno Federal estar muy vigilante del
movimiento de los precios al consumidor para evitar una espiral inflacionaria
bajo el pretexto del primer “mega-gasolinazo” del año.
Al respecto el legislador
oaxaqueño asentó: “Sabemos muy bien que cada que suben los combustibles en
consecuencia, de manera prácticamente natural, se viene en cascada un
incremento generalizado en los precios al consumidor, y ahora con este mega-gasolinazo con el que arrancamos el 2014 no podía ser diferente, aunque diga lo
contrario el Gobierno de Enrique Peña Nieto que será por única vez el más
grande del año, ya no le podemos creer, y lo que si exigimos son políticas
públicas en materia económica que evite afectaciones a las familias menos pudientes
como consecuencia de la errática política energética implementada por el
traidor de Peña Nieto”.
El tema del aumento a los
combustibles tiene que verse de manera más general, porque no sólo afecta a los
que tienen automóviles o se dedican al servicio de transporte público, sino que
afecta a toda la cadena productiva y de servicios, y tan sólo en 2013 los
“gasolinazos” representaron un incremento de más del 12 por ciento, lo que sin
duda se reflejó en el aumento a los precios de las mercancías y los servicios
sino de manera abierta si en alguno de sus procesos, precisó Robles Montoya.
“Este alto incremento al
precio de los combustible sin duda que pegará en la economía de todos los
mexicanos, para quienes ahora la llamada ‘cuesta de enero’ será más complica
por el aumento generalizado en los precios”,
comentó el economista de profesión.
Ante esta circunstancia y
debido a que el Gobierno de Enrique Peña Nieto pretende continuar con la
política de los “gasolinazos” urgió a la Federación a implementar una política
de control de precios y subsidio a productos y servicios, sobre todo en los de
consumo básico o popular.
El congresista del PRD señaló
que iniciar el año con un “mega-gasolinazo” es muy mala señal para la economía
nacional, por lo que viene a contradecir las supuestas bondades de la reforma
energética de las que ha presumido el Gobierno de la República y con la cual
pretende entregar la riqueza energética de los mexicanos a sus socios, los
grandes capitales extranjeros.
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